sábado, 19 de junio de 2010

Entre las tinieblas del pasado, una luz casi moribunda resalta entre la oscuridad deprimente de la historia Argentina.
Luz que en algun tiempo supo ser incandescente y que iluminaba todo sobre las sombras de la poco creativa Argentina de facto.
Entre las tinieblas se hace notar, amen del paso del tiempo y del olvido de muchos hipócritas, la luz de patricio rey y sus redonditos de ricota.
La diferencia entre esta luz, que ahora no ilumina como antes, y los esporádicos destellos de sus colegas, es que, por más que la banda se haya separado hace mas de 5 años, esa luz no se apaga, no deja de iluminar a sus fieles seguidores.
La historia sepultó a decenas de míticas bandas y artistas, desapareció de la memoria de muchos argentos para siempre a grandes que en algun momento marcaron un antes y un despues, y que hoy solo viven de las dádivas de las grandes emisoras.
Pero este rey incansable no dejo, al morir, a un solo sucesor, no señores, dejó a millones de principes de ricota que mantienen inalterable el orden que imperaba durante su largo reinado de 25 años. Fieles sucesores que lo mantienen vivo en misas paganas en su honor, milles que ondean su estandarte en remeras, millones que avivan la llama eterna de la mitica banda argentina por exelencia.
Hoy, la luz no será tan potente como lo supo ser, pero, sin dudas, no se apagó ni lo va a hacer... No mientras existan generaciones de soldados de ricota. No mientras millones de seguidores sigan coreando sus temas. No mientras la escencia ricotera corra por nuestras venas haciendonos sentir, en cada tema, como si estubieramos en los años ochenta en un pub de Buenos Aires; o en los años noventa, en un colosal Obras o en un Imperial Monumental... es asi, solo eso, mas que una frase pero menos que un renglon; simplemente, patricio rey y sus redonditos de ricota, rey por espacio de 25 años, rey que nos legó su hegemonia y que está, hoy, en nuestras manos conservar.
El maldito amor que tanto miedo da

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